Porque el cambio está presente en todas las etapas de la vida.
Como profesora de educación infantil, siempre me ha gustado crear para los niños un espacio armónico, creativo y equilibrado.
Yo era la de las ideas “locas”, la que siempre tenía el aula llena de detalles pensados para que los pequeños se encontrasen a gusto.
Y, cuando juntábamos espacios con otras clases, ocurría una cosa muy curiosa: de forma natural, todos los niños terminaban en el ambiente que había creado yo.
Allí se sentían a gusto para expresarse, experimentar y aprender. Y yo disfrutaba junto a ellos y sus familias, en ese camino.
Trabajando con los peques descubrí, sobre la marcha, cómo el entorno influye en las personas. El caos y el desorden genera nervios, apatía, estrés… mientras que un ambiente correcto facilita la calma y la productividad. En resumen: la energía positiva fluye.
Mi trabajo me llenaba… en parte. Pero algo faltaba. Poco a poco amplié mis estudios con un postgrado de Gestalt y varias formaciones de desarrollo personal. También el Feng Shui me llamaba la atención: intuía que los espacios eran importantes, pero no hasta qué punto.
Entré en un momento de crisis vital. Mi trabajo no me llenaba, tenía problemas en mi relación de pareja, mi vida era un caos, y como consecuencia mi entorno también.
Yo tenía muy clara la parte interna (he invertido mucho tiempo y esfuerzo para conocerme), pero no era suficiente para salir del bache. Así que decidí empezar por lo que podía controlar: mi casa.
Me formé en Feng Shui en serio, y empecé a realizar cambios. Poco a poco recuperé el contacto con mi esencia, tomé determinadas decisiones y ahora soy feliz con mis dos peques. Me siento en armonía con lo que me rodea.
Ahora utilizo el Feng Shui como herramienta de cambio y mejora, ayudando a otras personas a encontrar su camino. Porque a veces es más fácil desbloquear tu exterior, para que tu interior se recoloque.
Usando tu entorno como un espejo, puedes aprender mucho de ti e iluminar un nuevo camino en tu vida.
El Feng Shui no es tener la casa “bonita”, sino crear las condiciones necesarias para conseguir tus objetivos.
Como buena Piscis, me llama la atención lo diferente. La imaginación y la creatividad siempre están presentes en mi vida, e intento hacerlo todo desde el amor y el respeto.
Me apasiona el momento que estamos viviendo, la conciencia que crece sobre la conexión entre mente, cuerpo y alma.
Y yo sigo siempre buscando herramientas de cambio, conectándolo todo con el desarrollo personal y ayudando a la gente a desbloquear esas situaciones que no avanzan.
Y, te lo aseguro, he visto cómo cambiando el entorno se solucionan problemas que parecían inabordables:
Así que no te voy a cambiar la casa. O sí, pero el objetivo no es ese:
vamos a usarlo como “excusa” para acompañarte en tu proceso.
Si quieres empezar pero no sabes por dónde, te propongo darle una vuelta a uno de los espacios donde pasas más tiempo.
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